Día 1

Tras los vestigios de las dos dinastías magrebíes que dominaron la mitad sur de la Península Ibérica durante casi dos siglos, la ruta parte desde Arcos de la Frontera, pintoresca villa gaditana asentada sobre una espectacular peña cortada plagada de rincones que rememoran su herencia árabe.

Torres, iglesias y espléndidos miradores con vistas al río Guadalete son sólo algunos de sus innumerables atractivos. Arcos de la Frontera, con sus casitas blancas, encajadas como piezas de un puzzle en la cumbre y la ladera de una peña rojiza, es la puerta de la Ruta de los Pueblos Blancos, localidades gaditanas y malagueñas que escalan entre las montañas con sus pintorescas casas blancas. También es punto de partida para las Rutas del Vino -podrás visitar varias bodegas y viñedos y realizar catas- y del Toro -con excursiones a ganaderías para conocer la cría de las reses bravas- o para recorrer el Parque Natural de los Alcornocales. Si te entusiasman los deportes de aventura el entorno natural del municipio permite realizar espeleología, senderismo, descenso de cañones, vuelo libre, parapente o cicloturismo. Visitar el Lago de Arcos, donde las piraguas y la vela conviven con las aves que vienen a pasar el invierno, es también una magnífica opción.

Y si eres de buen comer, sería un pecado no probar en el Parador su rabo de toro estofado a la jerezana.
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Días 2 y 3

Traspasamos los límites provinciales, para adentrarnos en tierras malagueñas del interior. Nos espera la romántica Ronda, cuna de dinastías toreras y de bandoleros. Una población de una inmensa belleza. En cada una de sus calles percibiremos la herencia árabe, pues Izn-Rand Onda, que significa "Ciudad del Castillo", fue una de las capitales de la España musulmana, dejándonos monumentos como los Baños Árabes, el Puente Viejo, la Casa del Gigante y la Casa de Mondragón.

Pero también existe una Ronda con lugares como su Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería, una de las más antiguas y monumentales de España y donde anualmente se celebra la Corrida Goyesca, o el imponente Puente Nuevo, construido en un impresionante enclave para salvar un cortado de 120 metros de profundidad y junto al que se ubica el parador, con vistas únicas sobre el Tajo.

El entorno natural de Ronda no es menos bello que la ciudad, rodeada de los Parques Naturales de Sierra de la Grazalema, Sierra de las Nieves y Los Alcornocales. También merece un hueco en la agenda Reservatauro, un parque temático de la dehesa mediterránea, el toro bravo y el caballo pura raza español, único en el mundo; y podrás descubrir cómo se extrae el aceite de oliva en una almazara tradicional o visitar alguna de las más de 20 bodegas que tiene la D.O. Sierras de Málaga/Serranía de Ronda.


Días 4 y 5

Rumbo a litoral hacemos parada en Antequera. Por su privilegiada situación geográfica, por Antequera han pasado varias civilizaciones dejando un interesante legado cultural. Uno de los monumentos más importantes es el Conjunto Dolménico de Menga, de Viera y el Romeral, que data de la Edad de Bronce.

Recorrer el casco histórico de Antequera es como viajar en el tiempo. Interesante visitar las iglesias de San Juan Bautista y San Sebastián entra otras o conocer su Alcazaba. También destacan el Templete del Castillo del Papabellotas y los palacetes del XVII y XVIII. Todos ellos se caracterizan por su impactante estilo barroco español. En la Zona Centro podrás conocer la Real Colegiata de San Sebastián, que data del siglo XVI. No dudes en visitar el Convento de la Encarnación y luego conocer la Plaza del Coso Viejo, una preciosa plaza de toros próxima al convento.

Para reponer fuerzas de este tour, te recomendamos probar una de las especialidades locales: la porra antequerana, crema fría y espesa de tomate prima hermana del gazpacho.

A poco más de 30 kilómetros al norte de la provincia, en el Parque Natural de Los Ardales, te encontrarás el espectacular sendero del Caminito del Rey, una vía ferrata conocida anteriormente como una de las más peligrosas del mundo, pero que hoy absolutamente segura para transitar. Atento a la espléndida vista de la garganta de El Chorro, donde fluye el río Guadalhorce a más de 100 metros de altura.

Otro plan imprescindible a apenas media hora es el singular paisaje kárstico de El Torcal, con sus alucinantes formaciones rocosas, abismos y cuevas.
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Días 6 y 7

Ya en la costa no espera Málaga, que fue árabe y su Alcazaba es un bello ejemplo de ese legado. Fue palacio de los reyes nazaríes y hoy es sede del Museo Arqueológico Provincial. Otros lugares de interés son Catedral, Museo Catedralicio y Santuario de la Virgen de la Victoria. Interesante visitar el Museo de Bellas Artes y el recién inaugurado Museo Picasso.

Es obligado aprovechar la estancia en el Parador para jugar unos hoyos en su reconocido campo de golf, y disfrutar de la magnífica playa de suave arena blanca a la que tiene acceso directo. Es un lugar perfecto para disfrutar del deporte, el sol y el ambiente nocturno en los pueblos de la costa. Y hay pocos placeres como los que brinda degustar de los exquisitos espetos de pescado preparados a la brasa.