Día 1

Siguiendo el denominado Camino del Norte que conduce a Santiago, nuestro itinerario arranca en la población cántabra de Limpias. El Parador se alza en un palacio situado en la ría de Ansón, un lugar que invita al relax y a perderse por otros pueblos vecinos y a disfrutar de sus fabulosas cuevas, playas, paisajes y conjuntos históricos.

El centro urbano de la villa constituye un bello conjunto que te encantará recorrer. Pero Limpias es un punto de partida ideal para visitar pueblos marineros como Castro Urdiales, Laredo, donde está La Salvé, una de las playas más extensas y hermosas de la región, y cruzar en barca hasta Santoña a tomar unos potes acompañados por sus afamadas anchoas.

Puedes disfrutar de rutas en Parques Naturales como el de Los Collados del Asón o el de las Marismas de Santoña. Y si viajas con niños, obligado ir al Parque Natural de Cabárceno: 750 hectáreas con más de un centenar de especies animales de los 5 continentes en semi-libertad. También constituye un excelente campamento base para hacer escapadas artístico-gastronómicas hasta Santander y Bilbao, donde conocer el Centro Botín y el Museo Guggenheim y probar las populares rabas o los coloridos pintxos.

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Día 2

Santillana del Mar, uno de los pueblos más bellos de España, es un auténtico regalo para el viajero. Una villa medieval desarrollada en torno a la Colegiata de Santa Juliana, el edificio más representativo de románico cántabro. Conviene pasear con tranquilidad sus empedradas calles, descubrir sus espléndidos palacios y casonas y visitar museos de interés como el de Arte Religioso Regina Coello o el del Solar, sobre los instrumentos de tortura de la Inquisición.

A solo dos kilómetros se ubica la Cueva de Altamira, la “Capilla Sixtina” del arte rupestre. Si bien está cerrada al público, sí puedes recorrer la Neocueva, réplica exacta de la gruta paleolítica. Otras visitas recomendables son la universitaria Comillas, que destaca por sus edificios medievales, barrocos y modernistas. Camino hacia Asturias son de parada obligada la Cueva El Soplao, una maravilla geológica, o poblaciones como la bella villa marinera de San Vicente de la Barquera.

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Día 3

Dejamos el camino del Norte para adentrarnos hacia los agrestes Picos de Europa por la ruta tradicional que accedía desde la costa a Liébana y se aproximaba a través de la cuenca del Nansa y Valle de Lamasón. Desde allí existían dos variantes, la primera por el Collado de Pasaneu al Valle del Bedoya, y la segunda por el Collado de Arceón a Lebeña. Reunificados ambas rutas en Castro, remontan el curso del río Deva hasta Potes.

Rodeado de la imponente verticalidad y el paisaje idílico de las montañas del Parque Nacional de Picos de Europa, encontrarás el Parador de Fuente Dé que, junto al conocido teleférico -debe subir para disfrutar de una panorámica del valle a 2.000 metros de altitud, es la puerta de entrada a mágicos bosques, laderas y miradores que forman un paraíso natural de belleza incomparable. La iglesia Santo Toribio de Liébana, de estilo gótico, es el edificio religioso más importante del valle, donde se venera el Lignim Crucis, el mayor trozo de la Cruz de Cristo que se conserva. También es interesante visitar Potes, la iglesia mozárabe de Lebeña y la ermita de San Tirso. El cocido lebaniego es una magnífica forma de reponer fuerzas al regreso de tus excursiones por la zona y no puedes dejar de probar el peculiar queso Picón Bejes-Tresviso que se madura en cuevas.